Kathy Griffin (humorista) decidió un día que hacerse una fotos con una cabeza de coña decapitada del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, era una buena idea y muy graciosa. Hay gente que tiene el sentido del humor en el culo y el culo de vacaciones. Kathy parece ser una de esas personas.
A parte de su mal gusto, confundiendo el humor con la provocación, que los servicios secretos de Estados Unidos la interrogue por este asunto durante más de una hora deja dos cosas claras:
1. Los servicios secretos de Estados Unidos no parecen tener mucho que hacer si están invirtiendo tiempo en entender un mal chiste.
2. Que los servicios secretos de Estados Unidos interroguen a un humorista por un chiste suena más a coacción que a investigación.
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