"La vida no es justa" es una frase que he oido mucho, y ciertamente no lo es. Lo digo sin reproches.
El sentido de justicia es algo púramente humano. Es una valoración entre lo dado y lo recibido.
Me sorprende la incapacidad de muchas personas para valorar la justicia de algo, más aún si no forma parte de ello, si no es quien da o quien recibe.
Ser justo puede ir en contra de uno mismo y creo que por eso hay tanta gente injusta. Son gente asalvajada, como la vida; personas que teniendo la oportunidad de ser justos como su condición humana les permite eligen en cambio no serlo.
No es sencillo perjudicarse uno mismo por el simple motivo de que hacer lo contrario sería injusto.
Yo podría empeñarme cada mañana en agitar los brazos pretendiendo salir volando, y no lo conseguiré jamás. ¿Es justo? No, pero es que "salir volando" no es algo que decida un humano: simplemente no lo permite la física.
Algo muy distinto es cuando quien da y quien recibe son personas. Ahí sí que existe con razón el sentido de justicia. Ambas personas tienen la oportunidad de ser justas, de valorar lo que una da y lo que la otra recibe. Y he conocido poca gente que pueda equilibrarlo.
Hace tiempo que descubrí con asombro que no porque alguien hable, camine o se vista, es tan humano como debiera. Por desgracia me veo rodeado con frecuencia de gente con tan pocos valores humanos como un jarrón, eso sí, un bonito jarrón.