Esta es la gloriosa página que me ha devuelto LinkedIn al autenticarme tras contestar "Aceptar" a una invitación de contacto que me enviaron por correo.
Ya es molesto que en el correo que te envían te den la opción de aceptar o declinar la invitación en dos preciosos botones que irremediablemente te dirigen a una página donde debes autenticarte, en lugar de hacer directamente la operacion que acabas de elegir con aquellos botones.
Total, para acabar en una preciosa página muerta.
Total, para acabar en una preciosa página muerta.
Pero nada de esto sorprende. LinkedIn es una de esas webs de charlatanes, de "dar el pego", de superguays en la onda, en la que lo importante es la apariencia, no el fondo.
Mis expericencias en LinkedIn son la mar de divertidas y entretenidas.
Comienzan con los asombrosos perfiles de gente con la que he trabajado, gente a la que conozco, que sé cómo trabaja, de las cuales sé sus conocimientos y habiliddes. Curiosamente sus perfiles son los que realmente tendrían si hubieran estudiado cinco años más algo de provecho, hubieran madurado como personas y fuesen responsables, además de haber hecho en sus empleos los que se suponía que tenían que haber hecho y no lo que hicieron. Alguno incluso, por el simple hecho de tener un perfil en LinkedIn, obtuvo una titulación universitaria.
También uno se puede echar unas risas viendo cómo se recomiendan entre ellos. Compañeros inútiles recomendándose mutuamente con fervor.
En el universo LinkedIn también tenemos "cazatalentos". Una empresa "consultora" me contactó por este medio, me pidió mi curriculum, se lo envié, concertamos una entrevista de trabajo y la impresión que tuve tras ella fue que el entrevistador era un gilipollas, engreído y sin puntualidad.
Tambien tenemos dos tipos más de "cazatalentos". Uno es el que pide conectar su perfil con el tuyo y luego no sucede nada más, dando la impresión de que su único objetivo era tener muchos contactos con la misma utilidad que los seguidores de Instagram.
El otro tipo es uno que me contactó para un puesto de trabajo en el Inglaterra y para el que requerían un perfil profesional que en nada encajaba con el mio. Agradeciéndole su atención decliné amablemente su oferta. Hasta aquí nada excesivamente raro, hasta que poco tiempo después vuelvo a recibir de la misma persona la misma oferta, que vuelvo a declinar con paciencia y amabilidad.
Pitorreo a parte meceren los grupos de LinkedIn. Vacíos de contenido se dedican a enviarte spam con cosas que poco tienen que ver con el grupo, con temas y discusiones absurdas, trilladas y estériles y de cuyas listas de correo es muy engorroso darse de baja.
Mientras tanto, LinkedIn sigue intentando rentabilizar su servicio y no da pie con bola. Tiene errores de base que no podrá subsanar si lo que pretende es dar información veraz de profesionales.
LinkedIn nació como un equivalente de Facebook pero para perfiles profesionales.
Facebook fracasó como orla en Internet, pero triunfó haciendo que la gente diera su nombre real e información real de su vida en un ejercicio de exibicionismo hasta entonces nunca visto en Internet. Puede no parecer gran cosa pero estos datos son muy jugosos para los anunciantes, para saber a quién dirigir su publicidad. Esto es algo que Facebook sí ha aprovechado y LinkedIn no.
LinkedIn ha preferido la estrategia de pago por "servicios adicionales". Un fracaso si tenemos en cuenta la fiabilidad de los datos que ofrecen.
LinkedIn goza de una fama que no merece y que le dan personas que tampoco la merecen pero que además tampoco la tienen. Una fama procedente de la nada y basada en perfiles de poca reputación.
Glorioso todo en su conjunto.
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