Cuando nos hablan de las telecomunicaciones del futuro nos muestran películas. No me refiero a un rollo inventado si no a verdaderas películas. Pasas la mano por un sitio y ¡oh! descuelgas el teléfono. Dices "llamar" y ¡oh! llama automáticamente.
Todo es más de lo mismo, a lo que nos tiene acostumbrada la publicidad y la falta de honestidad de los anunciantes, en este caso que me ocupa hoy, las compañías de telecomunicaciones.
Esos anuncios que parecen de compresas y te das cuenta de que no lo son sólo por la marca que aparece al final.
Y todo esto teniendo en cuenta que las compañías de telecomunicaciones son TAN IMCOMPETENTES QUE NO PUEDEN HACER CONFIGURABLE CUANTAS VECES SUENA EL PUTO TELÉFONO ANTES DE QUE ENTRE EL CONTESTADOR AUTOMÁTICO.
Merced a esta ineptitud, seguimos corriendo en nuestras casas para coger el teléfono. Gracias queridas compañías, Orange en mi caso, gracias. Gracias a la de antes, Jazztel y a que la precedió, Telefónica (ahora super Movistar, o sea). A todas, gracias por facilitar la vida de vuestros CLI-EN-TES.
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