El ministro de transportes israelí se cubre de gloria con sus palabras: "Prefiero que 1.000 madres palestinas lloren a que lo haga una judía."
Claro que sí señor Israel Katz. Los muertos de los demás valen menos que los suyos. Claro que sí.
Lo que también es cierto que que la diferencia entre un animal salvaje y usted es...vaya, no encuentro ninguna.
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