Cuando una organización realiza una tarea que el estado está desatendiendo es justo que reciba ayudas.
Otra cosa es que las ayudas a esa organización sean sin tener en cuenta lo que haga con ese dinero, que es lo que hace la iglesia católica en España.
Ahora el Congreso de los Diputados propone que la iglesia pague el IBI, el IRPF y no reciba el 0,7% de la declaración de la renta.
De esta forma, el estado dejaría de apoyar a una religión concreta y así poder ayudar a aquella que realice acciones que objetivamente beneficien a la sociedad hasta que el estado se haga cargo, como es su obligación.
Ahora queda saber cómo actuará cada partido político.
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