El gobierno se plantea prohibir el indulto a condenados por corrupción o maltrato. Absurdo, y explico por qué.
El insulto es una forma de perdón que tiene el gobierno para conseguir que un condenado por la justicia pueda continuar en su camino de ciudadano correcto sin que su pena sea un obstáculo.
Es decir, el castigo no debería entorpecer el camino, ya iniciado, de un condenado hacia su rehabilitación.
El problema es que el indulto es a discreción del gobierno y no tiene la obligación de explicar ni razonar los motivos, de tal forma que se ha convertido en una forma de saltarse la justicia.
Lo que tiene que hacer el gobierno no es prohibir el indulto en ningún caso. Lo que tiene que hacer es obligar a argumentarlo y requerir la aprobación del Congreso de los Diputados.
Veríamos así cómo se acaba el mamones que se traen.
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