Imagina que haces un viaje que incluye alojamiento y presentas los gatos en tu trabajo para que te los paguen. A nadie le sorprende que te pregunten cuál era el motivo de tu viaje y es impensable que no debieras responder. Ni siguiera te salvas ni aunque contestases con un escueto "No me he lucrado con el viaje".
¿Te has imaginado ya esta situación? Bien, porque tú no puedes, pero el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial en España, Carlos Dívar Blanco, sí puede (www.elpais.com). Y no sólo puede si no que lo ha hecho. Y para colmo al fiscal del Tribunal Supremo de España, Juan José Martín Casallo, todo esto le parece normal.
Los perros vigilando los chorizos. Y esta frase encaja en cualquiera de sus sentidos.
Da gusto ver lo bien que funciona el autocontrol del poder judicial español.
Spain is different, y su poder judicial también
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