Pudiera parecer que los cuatro temas no tienen mucho en común, pero lo cierto es que sí están relacionados.
Comenzaré explicando que hace años la marca Frigo, que pertenece a Unilever, realizó una campaña publicitaria de sus helados Magnum en la que realizaba un sorteo. Para participar en él había que proporcionar tus datos personales.
Graciosamente, sólo tras proporcionar tus datos la web te informaba de que el plazo para participar en el concurso había terminado hacía tiempo.
Por supuesto Frigo iba a hacer uso de tus datos para inflarte el correo electrónico con publicidad. Para colmo, si no deseas recibir publicidad de sus helados te obligan a ejercer los derechos que te otorga la Ley Orgánica de Protección de Datos española.
Y aquí enlazamos con Jazztel, que también te pone fino el buzón de correo con publicidad. Si quieres dejar de recibirla tienes que enviarles un correo electronico a bajaemail@jazztel.com, como bien indican en cada correo de publicidad. Lástima que esa dirección que no funciona: te devuelven el correo porque no se puede entregar (error 550 relay not permitted).
Cuando les llamas para el mismo asunto te dicen que debes enviarles un fax con tus datos y ejercer el derecho de cancelación según la ley anterior.
Para hacer la cosa un poco más evidente, supongamos que Jazztel nos proporciona un contestador automático ya activado, pero que nosostros no lo quisiesemos. Jazztel podría decirnos que para desactivar ese servicio deberíamos ejercer el derecho de cancelación de la ley argumentando que los usuarios de ese servicio están incluidos en un fichero registrado en la Agencia de Protección de Datos, lo cual es absurdo si su intención es facilitarte las cosas y tenerte contento, tergiversando claramente la interpretación de la ley.
Estas empresas confunden que yo no quiera publicidad con que yo no quiera que tengan mis datos. En otras palabras, se trata de una cuestión comercial y no legal.
Que este tipo de empresas se escuden en la Ley de Protección de Datos para entorpecer las gestiones más triviales dice mucho de su ética.
De todo esto se deduce que tanto Frigo (así como Unilever) y Jazztel dan preferencia al hecho te poderte enviar publicidad (aunque ya sepan que te molesta) en lugar de tenerte más contento como cliente.
De momento ya sé qué helados y otros productos de Unilever no voy a comprar y qué compañía de telecomunicaciones está tentando a la suerte para perder un cliente.
Edición: De la queja que formulé a Jazztel sólo he recibido una carta certificada indicándome que no me enviarán más publicidad, lo que era mi objetivo, pero han hecho oidos sordos a por qué lo hacen tan complicado y por qué utilizan la Ley de protección de datos para gestionarlo.
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