Siguiendo con la absurdidad de la interpretación actual del copyright hoy expongo un caso evidente en el que un autor se atribuye derechos, de autoría y copyright, que, en mi humilde opinión, muy dudosamente puede atribuirse, pero que lo hace tan alegremente.Se trata de la web http://tones.wolfram.com (de la compañía Wolfram Research), en la que pueden crearse piezas musicales de forma atumática y basadas en una serie de parámetros como por ejemplo el estilo musical, la velocidad o los instrumentos.
La misma página permite obtener un archivo MIDI con la composición, e inluyen un enlace a una página en la que advierte de los términos de uso de ese material.
Dichos términos incluyen la siguiente perla:
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En pocas palabras: se atribuyen un porrón de derechos sobre cualquiel material obtenido de su página, lo que incluye las composiciones musicales. Esto significa en el fondo que se atribuyen derechos sobre cualquier pieza musical que su página pueda crear, lo cual es absurdo, puesto que estarían registrando cualquier posible obra musical que pudiera crearse dentro de los parámetros que utiliza. En pocas palabras: están atribuyéndose derechos no sobre las piezas si no sobre el concepto de músíca en sí. Es tan absurdo como registrar un estilo musical.
Si trasladamos este absurdo a la literatura, sería como crear una web que cree textos con letras aleatorias y se atribuyese derechos sobre las obras que puediera crear. Tras un tiempo suficiente, largo, muy largo pero suficiente, la web escribiría El Quijote y se habría atribuido derechos sobre él: toma ya. Y no sólo eso, se estaría tribuyendo derechos sobre obras que ni siquiera están escritas por el simple hecho de que la web sería capaz de escribirlas si se le da el tiempo necesario.
Sería como vender un lienzo y atribuirse los derechos de cualquier obra que pueda plasmarse en él con una paleta de colores dada y unas técnicas concretas.
Mis felicitaciones a la compañía Wolfram Research por su excelente trabajo legal.
