La ministra alemana siempre encuentra a quien echarle la culpa de los problemas de su país.
No recuerdo haberle oído un "es culpa nuestra".
Ahora le toca a Ucrania ser la responsable del bajo crecimiento alemán, aunque la desgracia del primero sea tan reciente como para poder ser ir de excusa a nada.
Tampoco Ucrania tiene tanta relevancia económica como para tener el efecto del que la acusa Angela Merkel.
Pero ahí está ella, señalando con su dedo.
A ver si la hipocresía británica va a tener un origen más antiguo y continental.
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