Cuando ya creía haber eliminado por completo de mi vida a la compañía de telecominicaciones Orange, aparece de nuevo, esta vez pidiéndome que les
devuelva el router ADSL.
Me llama al móvil una mujer que me dice que tengo que devolver el router si no quiero tener una penalización (como si no hubiera tenido ya suficientes penas con ellos) y que cuándo me va bien que pasen por mi casa a recogerlo.
Le explico que es difícil concertar un horario y la mujer me dice que también puedo enviárselo gratis desde cualquier oficina de Correos con un código que me enviarían. La idea me parece bien y tras terminar la conversación recibo un SMS con dos códigos.
Empaqueto en entusiasmo el cacharrete que tantos disgustos me ha dado y al día siguiente, en la oficina de Correos, me dicen que para poder hacer el envío antes debo imprimir unas hojas desde la web de Correos.
No me extraño de que las cosas de Orange vayan como el culo y que, en fin, ya iré de nuevo al día siguiente.
Entro en la web de Correos y allí no aparece nada referente a envíos mediante ningún código. Después de cargarme en todos los muertos plegados y almidonados de Orange, decido llamarles al 1470.
Y claro, al decir que mi consulta es para el teléfono desde el que llamo, me informan automáticamente de que la baja ya se ha realizado correctamente y que si quiero hacer una nueva consulta. Si respondo que sí me siguen dando la misma locución de que ya han hecho la baja. Si respondo que no me piden un número de teléfono y, haga lo que haga, termino en que "no ha pulsado un número correcto" y que llame al 902 05 15 25, que para quien no lo sepa es un teléfono de tarificación especial, es decir, la llamada es más cara que una llamada nacional.
Harto de locuciones termino llamando al puñetero teléfono de tarificación especial donde me atiende un sudamericano (que no tengo nada en contra de ellos en general) que inmediatamente y antes de que le termine de contarle la historia me pide "el código". Me cuesta cierto esfuerzo que entienda que en el SMS hay do dos códigos. Me pide los dos. Con mucha paciencia se los doy, me hace esperar como para tomarme un café para terminar diciéndome que los códigos son correctos. ¿Pero le he preguntado yo eso? No, pero es chaval no da para más.
Cojo aire y en lugar de pegarle un grito que oiría desde su país sin teléfono, exhalo y le digo que si se espera a que le termine de contar el problema quizás lo entienda.
El muchacho, de pocas luces, me acaba dando un teléfono "donde le ayudarán", como si estuviera llamando a otro sitio. Le advierto que no pienso llamar a ningún otro teléfono de tarificación especial y que si va a ser así ya vendrán ellos a por él porque yo no me voy a mover más. Me dice que es un 900 y le digo que más les vale .
Y el lumbreras me da el 952 367 417, que efectivamente es comienza por 9, pero no es un número 900, como tampoco lo son los teléfonos de Madrid, Barcelona ni muchas otras provincias. Pobre muchacho, lo que tienen que estar pasando sus padres.
En fin, decido seguir ciegamente el trámite y no discutir si es medio idiota o idiota del todo, llamo al nuevo número y resulta ser el teléfono de "recogida de routers".
Pero vamos a ver, ¿para qué me dan a elegir si luego acaban haciendo lo que les da la gana? Bueno, en realidad no es lo que les da la gana, es que no dan para más los pobrecicos.
Espero en dos días librarme del router y olvidar con prisa a Orange y la madre que los parió.
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