Érase una vez un blog llamado Blogger, que fue comprado por Google. Desde un navegador uno mismo podía escribir sus posts y poner la letra negrita, cursiva, subrayado y hasta tachado.
Blogger además tenía una aplicación para móvil que permite escribir tus entradas allá donde estés mientras tengas cobertura de datos. Esta aplicación permitía poner la letra negrita y cursiva. Nada más.
Curiosamente el corrector ortográfico del editor de posts de la aplicación, subraya las palabras que uno está escribiendo y trata de corregir los posibles errores ortográficos. Pues el editor falla a menudo al quitar el subrayado de la palabra en corrección y cuando se publica el post aparece con la palabra subrayada, algo que no permite la aplicación.
Qué cosas tiene la vida.
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