Jamón, qué rico, pero aquí van tres motivos por lo que se pasarán las ganas de ir al Enrique Tomás del centro comercial Les Glòries, en Barcelona.
1. Usan guantes para manipular alimentos, pero no se los quitan para cobrar. Esto les mereció una queja en la web de esta franquicia.
2. Coger patatas fritas de una bolsa grande para hacer bolsas más pequeñas no sería un problema excepto si quien lo hace es una camarera y sin guantes. Otra queja a su web.
3. El colmo fue ver como un camarero tira al suelo sin querer media baguette, la recoge y la vuelve a dejar donde estaba, lista para otro bocadillo. Una última queja en su web y la decisión de no volver.
Alberto Chicote debería darse una vuelta por este local.
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