Los cacharros asistentes como Alexa, de Amazon, o Echo, de Google, no me parece que sean útiles actualmente.
Como cuando llaman "teléfono inteligente" a cualquier teléfono solo porque es capaz de hacer más cosas a parte de llamadas. A cualquier cosa le ponen el adjetivo inteligente y a venderlo como rosquillas.
Por si no fuera poco tener en chisme sin demasiada utilidad, además escuchan permanentemente, se supone que a la espera órdenes, pero siendo per-fec-tos para otras actividades estatales de poco o ningún amparo legal y nula ética.
La guasa empieza en cuanto uno de ellos comienza no solo a incumplir las órdenes sino a insistir en hacer lo contrario o a reír sin mediación alguna.
Bonitos trastos. Sí.
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