Hoy voy a arrojar ingentes cantidades de luz en esas mentes oscuras (prefiero pensar que son oscuras y no negras) explicando algo que desde el principio es la mar de sencillo pero que parece que pocos directivos entienden: el trabajo por obra, el trabajo por horas y el trabajar gratis.
El trabajo por obra es "tú haces esto y cobras tanto, independientemente de las horas que hagas".
El trabajo por horas es "tú trabajas tantas horas y te pago tango, independientemente de lo que te mande hacer".
El trabajo por obra suelen hacerlo profesionales que no tienen una relación exclusiva con una empresa. Son profesionales a los que se les encarga un trabajo por un precio fijo. Si el profesional es bueno, sabrá el coste que le supone realizar el trabajo y por lo tanto habrá dado un precio adecuado para que le resulte rentable el negocio. Aquí el trabajador hará las horas que necesite para realizar la obra que le han encargado.
Hasta aquí todo está claro. El problema aparece cuando el trabajador tiene un contrato por horas y el directivo le pide que haga más horas de las que está obligado por su contrato. Esto tiene un nombre y es "horas extra".
No se acostumbra a consultar al trabajador si le va bien hacer estas horas de más: se da por hecho que las debe hacer tenga o no otras responsabilidades fuera de la empresa que puedan impedírselo. El directivo da por hecho que el trabajador no tiene vida alguna fuera de la empresa.
Para más risa, habitualmente estas horas extras no se pagan, lo cual resulta, como poco, paradójico en un contrato por horas. Esto tiene varios nombres, el más suave que se me ocurre es "voluntariado" y consiste en trabajar gratis. Así de sencillo y sin florituras.
Por supuesto al trabajador se le "pide" hacer horas extras gratis, aunque si tiene algún problema... siempre hay otros dispuestos, ¿verdad? Esto también tiene nombre, aunque menos elegante.
Los argumentos que suele dar el directivo para hacer horas extras gratis son muchos y variados aunque no conozco ninguno coherente.
Uno de los más utilizados es que la empresa tiene una "punta de trabajo", como si eso permitiera obviar lo que es un contrato por horas.
Otro muy usado es que la empresa "anda mal". Este en concreto es de troncharse. Resulta que si la empresa va bien, el trabajador no tiene recompensa alguna más allá de tener un puesto de trabajo, lo que no me parece mal: en eso consiste precisamente el trabajo por cuenta ajena.
No conozco ninguna empresa que reparta beneficios entre sus trabajadores, exceptuando las cooperativas.
Pero resulta que si la empresa va mal es el trabajador quien debe aportar más para paliar la incompetencia de sus directivos para llevar a buen puerto la empresa, haber tomado las medidas necesarias para protegerla de adversidades o en el peor caso haberse embarcado en una empresa inviable. A estos directivos habría que explicarles en una pizarrita lo que es el trabajo por cuenta ajena.
Pero la cosa tiene más. Cuando las horas extras se perpetuan el trabajador tiene la sensación, por no decir la certeza, de que da igual la cantidad de horas que haga, el trabajo va a seguir siendo el mismo. Ya ni comento cuando además esas horas son gratis. Esto lleva al trabajador a relajar su productividad para acomodarla a la nueva cantidad de horas, ya sea de forma consciente o inconscientemente por cansancio o desmotivación.
Para lo que pueden parecer tantos problemas, tranquilos, hay soluciones.
¿Que hay más trabajo del que pueden hacer los actuales trabajadores en las horas que tienen por contrato? Bien, si es un exceso de trabajo puntual se puede acordar hacer horas extras pagadas. Sí, pagadas, porque si tienen que ser gratis para que resulte rentable la empresa, me temo entonces que el problema es otro y viene de antes.
Si los trabajadores no pueden hacer esas horas extras, se contrata al personal necesario por el tiempo que se requiera. Existen contratos por horas de duración determinada: son los contratos temporales, que todos ya conocemos, para que nadie se pierda.
Si transcurrido un tiempo se sigue necesitando hacer horas extras, está claro que el número de trabajadores es insuficiente o bien el proceso no es el adecuado para hacerlo con el número actual. Sería interesante revisar en qué se están invirtiendo las horas de los trabajadores y si es necesario contratar más personal.
Si tras analizar todo esto usted se da cuenta de que su empresa no es rentable, reconviértala en una ONG y así ya podrá prescindir de todos los sueldos de sus trabajadores, que entonces serán voluntarios en toda regla y por fin hará realidad su sueño: una relación trabajo/sueldo inmejorable, para usted.
El capitulo seis lo dedicaré a las reuniones interminables y la pérdida de tiempo.