Resulta que ahora, si quieres viajar a Estados Unidos, debes indicar qué redes sociales utilizas y tu correo electrónico.
¿Por qué? Porque pueden imponerlo, o eso creen en Estados Unidos.
Por si no hubieran ya urgado suficiente en nuestros datos privados y de forma indiscriminada (lo sabemos gracias a la valentía, ética y sacrificio de Edward Snowden), ahora pretenden que nos desvistamos voluntariamente. Claro que sí.
Por mi parte, con esas condiciones, que no me esperen, ni para viajes personales ni profesionales.
¿Hago algo ilegal en las redes sociales? No, ni respecto a las leyes de mi país ni respecto a las de Estados Unidos ni la de ninguna democracia que respete los derechos humanos.
Es como si me preguntan qué días de la semana suelo follar y con quién: no es de su incumbencia y punto.
¿Por qué? Porque puedo vivir perfectamente sin ir a Estados Unidos para nada.
Bye bye Liberty Statue.
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