Reponsabilidad policial

Josep Lluís Trapero
Hace unos días leía en El Pais que Josep Lluís Trapero, el jefe de los mossos d'esquadra, la policía catalana, pedía en el Parlament de Catalunya inmunidad penal frente a sus propias actuaciones, en especial para los agentes antidisturbios ya que, según él, sólo cumplen órdenes. Inmunudad penal, nada más y nada menos.

La cosa viene porque los mossos d'esquadra dejaron tuerta a Ester Quintana por el disparo de una pelota de goma en la manifestación del 14N en Barcelona.

Para más datos, el reglamento para la disolución de manifestaciones de los mosos indica que los agentes tienen la obligación de sólo disparar estos proyectiles hacia la mitad inferior de las personas cuando lo hacen entre uno y ochenta metros, precisamente por las graves lesiones que pueden ocasionar. Se las llama pelotas de goma, como si fueran un juguete de playa, pero son proyectiles que se disparan con el fin de dañar a personas.
La poca vergüenza de quien ha pedido la inmunidad para los mossos d'esquadra es tan evidente como lo absurdo de su deseo.
Josep Lluís Trapero argumenta que es el jefe del dispositivo quien decide cómo se llevan a cabo las ordenes recibidas y nos toma a todos por gilipollas al pretender hacer ver que ese jefe del dispositivo es incuestionable, que no debe cumplir las leyes o que es ajeno a los mossos d'esquadra.

Se queja de que se condene a los mossos de calle pero no al jefe del dispositivo que indica cómo deberán actuar, cuando los condenados deberían ser ambos. Y para solucionarlo pide para los de a pie la misma absurda inmunidad de facto de que están disfrutando los jefes del dispositivo.

Ha costado que los mossos estén obligados a llevar un número bien visible que los identifique para poder actuar contra ellos cuando se excedan en su trabajo como para ahora darles más libertad para que se excedan más. Precisamente no se pudo identificar el mosso que disparó la pelota de goma que dejó tuerta a Ester Quintana y todos tenemos aún en mente la actuación de los mossos d'esquadra cuando desalojaron la Plaza de Catalunya de manifestantes pacíficos.

Ramón Labrador, portavoz de SindiCAT, se suma al desfile añadiendo "Un antidisturbio no carga si no se le ordena.", como si el problema fuera la carga y no el modo en que se carga. Otro personaje que nos toma por imbéciles.


Ya se lució en otra declaración respecto a el número de identificación que llevan ahora los mossos antidirturbios. Dijo que no entendía por que ese número (NOP, número operativo policial) no era el TIP (tarjeta de identificación policial).
Tranquilo Ramón, yo se lo explico en un momento: porque lo que importa es identificar al policía individual que ha cometido el exceso y aplicarle la ley, da igual cual sea su nombre. Lo primero es poder identificarlo inequívocamente. Luego, si llega el caso de que se le juzgue, que se haga público su nombre. Mientras tanto, debido a que su trabajo requiere cierta discreción, no está de más salvaguardarla.

Las actuaciones policiales conllevan una responsabilidad, más aún cuando va dirigida contra ciudadanos que protestan, no contra asesinos. Lo que pide este funcionario sin vergüenza es una licencia a lo James Bond: licencia para matar.

La Corte Penal Internacional, que juzgó los crímenes de la Alemania nazi, ya dejó claro que alguien que recibe órdenes tiene la opción de no cumplirlas, incluso cuando es militar, si ésta es inhumana o infringe de leyes. La llamada exculpación por la "obediencia debida".

Veamos un par de ejemplos exagerados del asunto para hacer más evidente el problema. .

Ejemplo ficticio 1: Un mosso d'esquadra debe detener a un ciudadano que está entorpeciendo el tráfico. Como el ciudadano opone resistencia el mosdo le pega un tiro en la cabeza.


El mosso tiene que proteger ante todo la vida de las personas y debe utilizar con responsabilidad y prudencia los medios excepcionales con los que se le dota para su trabajo.

Ejemplo ficticio 2: A un mosso le ordenan ir casa por casa a matar toda ser vivo.

El mosso no puede seguir ciégamente órdenes. No es un robot y debe también cumplir las leyes. Cualquier orden ilegal debe ser incumplida y denunciada.

Ejemplo ficticio 3: A un moso le ordenan despejar un mirador de manifestantes y lo hace tirándolos por el avismo.

La mayoría de las veces no se le indica a la policía cómo debe cumplir las órdenes: se deja a su criterio la forma de llevarlas a cabo, y es responsabilidad suya elegir la menos dañina con que puedan cumplirse.

Creo que queda claro el asunto. El mosso d'esquadra que ha expresado esta salvaje sugerencia debería ser expedientado y dejar nota en su expediente de su poca idoneidad para cargos en los que deba tenerse en cuenta la seguridad física de ciudadanos.
También debería ser enviado a hacer un curso urgente de historia, otro de ética y una visita a todas las personas que han sufrido la represión política a través de fuerzas de seguridad.

¿Tanta gente tomándonos por idiotas no será que nos toman por iguales?


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