Después de que el Partido Popular anunciase a bombo y platillo una drástica reducción de los políticos aforados, ahora se desdice y "pelillos a la mar".
No señor Rajoy, es otra promesa incumplida. Es lo que muchos llamarían desde embuste hasta cinismo pasando por la burda mentira.
Ya no hay quien le crea, de verdad.
Si mañana usted apareciera en un televisor de plasma diciendo que es usted terrícola, hasta lo dudaría.
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