Resulta que ya no puedes usar comercialmente las fotografías del David de Miguel Ángel sin el permiso y, claro, previo pago al museo que custodia la escultura.
El motivo, o mejor dicho, la excusa es que una empresa vendía entradas con su imagen.
La escultura la custodiará un museo pero ya no tiene derechos de autor, por lo que su imagen puede utilizarse libremente según las leyes de propiedad intelectual.
Pero una obra tan simbólica puede proporcionar jugosos ingresos si se privatiza. Y así lo han hecho en Italia.
De hecho es lo mismo que vienen haciendo la enorme mayoría de los museos, entre ellos el Museo del Prado y su vergonzoso banco de imágenes de los cuadros que custodia.
Y los atropellos a los bienes públicos y a las obras de dominio público seguirán, hasta que los ciudadanos digamos "basta" con suficiente claridad y contundencia.
Hasta entonces habrá listillos haciendo excepciones en las leyes para su beneficio.
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