"No tengo ni puta idea, pero mira qué bien decido"

Imbéciles al mando.

Debido a mi profesión trato con gente de todo tipo, "los clientes".

La gran mayoría de ellos no son los propietarios de las empresas en las que "trabajan". Son trabajadores por cuenta ajena que están más preocupados por mantener su puesto y justificar su sueldo a base de marear y tocar los huevos a quienes deben trabajar, que en hacer bien su trabajo.

Una de las situaciones más comunes es cuando esa gente se pone a decidir sobre cuestiones técnicas sin tener ni puñetera idea, embarcándonos a todos en trágicas epopeyas en las que los que trabajan tienen que hacer de héroes que salven el culo de todos.

Hace tiempo que entre las soluciones que propongo a éstos cretinos ya no están ni "la más barata" ni "la más rápida" si no son técnicamente adecuadas: a un idiota no se le puede dar a elegir si quiere tirarse a un pozo de cabeza, llevando atados al resto. No.

Al idiota hay que guiarlo y, dependiendo del grado de estupidez, cuidar que no se haga daño, si no tiene la suficiente mollera que le permita entender los argumentos que razonan la decisión técnica.

Y no son pocos, no. Y están por todas partes.

El problema tiene en parte dos causas. Una son las universidades, al menos las españolas, en las que se forman técnicos en un área que son al mismo tiempo unos idiotas funcionales en cualquier otra. La segunda es precisamente esto último: el descuido y dejadez  en la educación como personas, porque lo que se forman son trabajadores, no personas.

Para colmo, estos idiotas han llegado donde están a base de una falta de ética monumental, pero con unas dotes sobresalientes en enchufar marrones, esparcir mierda y lamer los culos adecuados. Una desgracia como personas y profesionales.

Un saludo a todos esos cretinos y que se mejoren.

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