Me cuesta imaginar cuánto dinero se ha gastado la General de Catalunya en en la Receta Electrónica y en las tarjetas con banda magnética.
De la tarjeta electrónica diré que el código que contiene se compone de las dos primeras letras de los dos apellidos, los dos últimos dígitos del año de nacimiento, seguido del mes también en dos dígitos, el día, un dígito que indica el sexo y un dígito de control. Es decir algo como el NIF, que luego pasó a ser el DNI, pero más burdo, porque ni tiene la intención de ser único.
Se supone que la receta electrónica iba a facilitar muchas cosas, entre ellas la de tener que ir a la farmacia con las recetas en papel, pero ¡oh!, sorpresa, no.
Si vas a la farmacia con tu tarjetita sanitaria de juguete, te siguen pidiendo la receta en papel.
Y hasta no hace mucho esa tarjeta no servía ni para presentarse en el médico: tenías que llevar la antigua "cartilla", aquel par de tarjetas de cartón.
Del historial clínico centralizado solo diré que si te derivan de un hospital a otro directamente te hacen un historial nuevo a partir de un par de hojas que te dan en el primero. No se entrega ni pruebas diagnósticas ni nada, solo un par de hojas con una descripción general. Quizás en un par de siglos hayan evolucionado lo suficiente como para que su C.I. les permita intentar diseñar algo mínimamente funcional.
Son unos genios en la "Gene". Unos puñeteros cracks.
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