Cuando contratas un trabajo, un programa, a una empresa informática, su objetivo es ganar dinero con ello, pero se sobreentiende que la empresa tiene la capacidad adecuada y es competente. Con frecuencia no es así y hacen autenticas chapuzas que luego se pagan resolviendo las incidencias (eufemismo de "problema") que causa aquella chapuza. Y los empresarios que las contratan no lo ven o no lo quieren ver.
Solo conozco una gran empresa, por tamaño, en la que si una " incidencia" ocurría más de tres veces en un mes pasaban a catalogarla como problema a resolver de forma definitiva, no sólo el problema en sí sino la causa.
El resto de empresas se dedican a pagar por contratos de "mantenimiento" que solo resuelven las "incidencias". Un negocio redondo: le cobras por la chapuza y luego por los problemas que ocasiona la chapuza.
El resto de empresas se dedican a pagar por contratos de "mantenimiento" que solo resuelven las "incidencias". Un negocio redondo: le cobras por la chapuza y luego por los problemas que ocasiona la chapuza.
Pero no acaba aquí el cuento. Cuando el cliente pide una modificación del programa se hace otra chapuza sobre la chapuza original. Y tras cada chapuza es más complicado hacer una mínima modificación, o nueva chapuza.
Esto, unido a la total ausencia de documentación y a la "rotación de personal" (eufemismo de "los programadores se marchan quemados de trabajar a contrarreloj para hacer y mantener las chapuzas y se llevan con ellos el conocimiento de las chapuzas y cómo funcionan"), termina en un programa monstruo que no hay forma de modificar una línea de código y saber a qué afectará.
Algunas empresas, como la que me refería antes, reaccionan tarde y le piden a la empresa de las chapuzas, que documenten los programas. No hace falta ser muy listo para saber cómo va a ser esa documentación: otra chapuza que no servirá para mucho. Y el cliente será incapaz de darse cuenta.
Todo esto muy a menudo con el agravante de que el cliente ni sabe lo que necesita ni cómo es su forma de trabajo o ésta esta lejos de ser óptima, a veces incluso es incoherente.
Esto apenas ocurre en las empresas bien gestionadas que se hacen sus propios programas o tienen un control adecuado del que encargan. Otro caso a parte es el de las empresas con departamentos de programación pero a los que otros departamentos actúan como el tipo de clientes irresponsables que mencionaba antes.
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