Facebook abrió la puerta a que cualquiera pudiera publicar sus intimidades al mundo entero. Es grave, pero para los exhibicionistas ha sido el paraiso que los demás hemos sufrido, con fotos de qué come, de dónde está, con quien está y lo bien ensayadas que tiene las poses en todas las fotos.
Si eso me parece grave y molesto, es sólo la punta de lo enorme que es el problema. Y lo llamo problema porque lo es y muy serio.
La cantidad de aplicaciones para móviles que te ofrecen "poder compartir" lo que haces no tiene fin. Y nadie parece preguntarse qué hacen esas aplicaciones además "de compartir". Es un información muy jugosa para estudiar tus preferencia, tu actividad y tu comportamiento. Bienvenido al gran hermano.
Aplicaciones tan aparentemente inocuas como "Smart remote" permiten a la empresa propietaria saber qué ves y cuándo lo ves.
Hasta ahora estas empresas necesitaban instalar en un grupo de muestra de usuarios un aparato que registraba qué canal de televisión veías, cuándo, y durante cuánto tiempo: un estudio de mercado. Ahora no les hace falta: con una aplicación se enteran de todo y lo peor es que tú te crees que te están haciendo un favor, porque es gratis.
Cualquier aplicación que envíe información desde tu móvil a cualquier otro sitio está enviando información de ti y tus actividades. No digo que todas esas empresas sean diabólicas pero sí que utilizan o pueden utilizar esa información sin pedirte permiso y reaccionar en base a esa información para su propio beneficio, no el tuyo. Lo que asusta que es esas empresas pueden tomar decisiones, y lo hacen, sin que tú te enteres.
Las simples "tarjetas" de Google que te dicen cuánto tiempo tardarías en llegar a tu casa están dando mucha información a Google sobre tus actividades. Bueno, el lema de Google es "No seas malo", pero Larry Page ya no está al mando. Una persona cuyo interés era científico ya no está al mando. Ahora está al mando una persona con interés comercial. Y el interés comercial no es lo mismo que tu propio interés.
Lo último son las aplicaciones para ver lo "sano" que estás. Cuánto caminas y a qué hora. No ha bastado con que nos metan con calzador lo de "haz deporte"; además ahora saben no sólo si lo haces sino cómo y cuándo.
¿Alguien ha visto que se legisle esto?
La Unión Europea hizo un intento, por no llamarlo paripé. Alemania se escandalizó por auténticas tonterías mientras tenían un boquete del tamaño de Saturno por el que estas empresas recopilan y analizan tu vida y hábitos.
En buenas manos no es necesariamente malo, pero es que está en manos cuyo interés es púramente económico y ya sabemos lo que ocurre cuando el interés del consumidor queda sepultado por el interés económico, como aseguradoras con cláusulas que les permiten buscar los tres pies al gato para no pagar, mutuas que tienen unas preciosas y eficientes salas de espera para el médico de medicina general pero que si tienes algo más serio no te envían a la sanidad pública, la obsolescencia programada... La lista no termina. Y a nadie le está importando, incluyendo a nuestros políticos, lo que nos da una clara idea de tu capacidad y competencia para los cargos que ocupan.
Publicad, malditos, publicad. Verted vuestra vida en las manos de empresas privadas que no dan explicaciones, ni están obligadas a hacerlo gracias a los políticos que tenemos, y no tardaremos en ver en el futuro cómo esa información es utilizada en contra nuestra y sin ni siquiera saberlo.
Publicad, alegremente, publicad: todo.
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