La vergüenza del Copyright

La cultura es buena. Es lo que en parte somos. Incentivar la creación es incentivar el desarrollo de las personas y de la sociedad. El desarrollo es bueno. Incentivemos a quienes crean cultura.

Hasta aquí todo iba bien y para incentivar la creación cultural se inventó el Copyright, que permitía al creador de una obra poder obtener beneficios de ella durante un tiempo y luego esta obra pasaba a ser un bien público del que toda la sociedad pudiera disfrutar y enriquecerse. De esta forma se beneficiaba a los creadores y luego a la sociedad, siendo esto último el objetivo principal. Se beneficia al creador no porque sí, si no para que se pueda beneficiar la sociedad al final.

El problema aparece cuando el autor de una obra vende sus derechos a una empresa. Está claro que no es lo mismo beneficiar a una persona que a una empresa. Para beneficiar a una persona, es necesario que esté viva, pero para beneficiar a una empresa basta con que ésta exista.

De esta forma los autores, para poder obtener beneficios de sus obras se ven en la obligación de venderlas con sus derechos a empresas, las cuales disponen de más medios para su explotación, y por lo que efectivamente reciben una recompensa por su creación, pero una recompensa fugaz. Aunque si es adecuada, que sea fugaz no es un problema.

El problema aparece cuando el autor muere y la empresa quiere seguir cobrando por la explotación de la obra. La empresa ya la ha pagado, de forma que cuanto más tiempo pueda explotarla más dinero ganará de la inversión que hizo.

Y entonces es cuando se cambiaron las leyes para extender la duración del copyright, que se extendía más allá de la muerte del creador de una obra. Yo me pregunto para qué si el autor no se se beneficia ya

El resultado es que en la práctica no hay obras musicales contemporaneas que sean públicas, es decir, de la sociedad. Sólo algunas obras de antes de 1923 son de dominio público, y no todas. Como mucho, en algunos paises sí que las hay, como por ejemplo en el Reino Unido, pero las leyes de Copyright son tan distintas internacionalmente que a uno siempre le queda la duda de si la obra que va a utilizar está o no en dominio público, ya que si no lo estuviera se arriesga a pagar las, cada vez más, graves consecuencias.
Las primeras obras contemporaneas que pasarán al dominio público en los Estados Unidados de América lo harán en el año 2047, y estamos hablando de obras de 1923. A ver, contemos: 2047 menos 1923... ¿124 años? ¿Pero cuánto tiempo vive un autor en los Estados Unidos de América? Eso incluso suponiendo que el autor ya nace con la obra bajo el brazo.

Está claro que las actuales leyes que protegen la propiedad intelectual están un poquitín tergiversadas: han pasado de beneficiar al autor a beneficiar a las empresas, que con ahínco se esmeran en no perder la exclusividad de explotación de sus obras. Y eso lleva a que la sociedad no pueda disfrutar y enriquecerse de las obras que incentivó protegiéndolas para los autores.
Incluso cuando las empresas son las creadoras de cultura, como por ejemplo Disney, estas pretenden beneficiarse eternamente de su derecho de explotación, sin que sus obras lleguen jamás a ser un bien cultural de dominio público.

Resumiendo, las empresas están acaparando las obras y no sueltan prenda. Recordemos que las leyes las hace el pueblo, al menos esto es así teóricamente en los paises democráticos, aunque los políticos no parecen estar por la labor de representar al pueblo y sus intereses en los últimos años.

Puesto que son los estados los que crean las leyes de copyright para promover la creación de cultura, son los propios estados los que deberían encargarse de que esa cultura creada pase a ser de dominio público una vez finalizada la concesión exclusiva al autor. De lo contrario podría parecer que los estados únicamente están interesados en favorecer únicamente a los propietarios del copyright, cuando en realidad éste es sólo un instrumento para favorecer la creación de cultura y que ésta finalmente pase al dominio público.

Si las cosas no cambian, predigo que antes de 2047 los políticos volverán a cambiar las leyes para que ninguna obra pase a dominio público. No sé si estaré yo entonces aún por aquí, pero espero que este blog sí para dar testimonio de la vergüenza del Copyright.

No hay comentarios :

Publicar un comentario