Nuestro ministro del interior, Jorge Fernández Díaz, también tiene ideas, al igual que Ignacio Cosidó, director general de la Policía Nacional española, aunque las del ministro sí son explícitamente de dictadura.
Si el director de la Policía Nacional comunicaba la inclusión en la Ley de Seguridad Ciudadana de la prohibición de captación, difusión y tratamiento de imágenes de agentes en su trabajo cuando éstas ponen en riesgo su persona o la operación en que están trabajando, nuestro ministro no.
Y no sólo no, sino que además tiene el detalle de hacer alusión directa a las manifestaciones como ámbito de aplicación de la prohibición. Estupendo: ahora no sólo no hacen nada contra los abusos policiales si no que además no podrás grabarlos. Así cuando te quejes siempre podrán decirte que no tienes pruebas, que es tu palabra contra la de ellos, y si tienes una grabación como prueba, dará igual, porque por eso también vas a recibir. Por no hablar de lo que supone eso para el periodismo y el derecho a la información que protege nuestra constitución.
Qué tiempos debe echar de menos mi querido Jorge, en los que la ley se hacía a gusto de unos pocos, los gobernantes, sin tener que escuchar al pueblo. Qué grandes visionarios de la prosperidad social. Qué gusto tener políticos así. Qué gusto gobernar libremente bajo criterio propio en lugar del que explicaste al pueblo cuando les engañaste.