Idear un negocio parece al alcance cualquiera.
De cualquier idiota, quiero decir. Ahí tenemos Gowex.
Pero la realidad es bien distinta. Hacer que tu negocio enamore al cliente y esté deseoso por volver no es sencillo.
Otro ejemplo de cómo dejar de forma constante al cliente insatisfecho es The Phone House.
Para empezar, invito a cualquiera a llamar a una de sus tiendas, no importa cual. Tras una breve locución te piden te piden que pulses "3" si deseas hablar con la tienda.
El teléfono suena, suena y suena, y lo que finalmente obtienes es que se corta la llamada. Si vuelves a intentarlo, suena y suena y se vuelve a cortar.
Sin un mísero "Sentimos no poder atenderle en este momento. Le rogamos que llame más tarde.": simplemente se corta y punto. Muy educado, sí.
No obstante, para aquellos armados de estoica paciéncia que deseen saber qué ocurre si insistes un número bastante alarmante de veces, les diré que finalmente responden, con suerte.
Al hacerles observar que llevas un buen rato llamando y que la llamada se corta, te responden que sí, que ya lo saben, pero que dan prioridad a los clientes en la tienda.
El razonamiento en principio es correcto salvo por dos detalles:
1.- Yo también soy cliente y me estaís colgando, sin más información, por lo que me pregunto para qué narices tienen un teléfono que lo atender. Para eso que se ahorren publicitarlo en su web.
2.- Estar en una tienda en la que teléfono suena, suena y suena mientras te atienden es un claro augurio de qué te va a pasar cuando tengas un problema y les llames. Probablemente tendrás que ir a la tienda, y además de tener un problema tendrás que hacer cola.
Todo en sí da una imagen de ineficiencia, falta de visión de negocio y dejadez que poco anima a volver, si es que llegas a ir.
Si llamando lo que pretendes es saber si tienen en la tienda un producto, olvídalo. En la tienda no tienen nada. Tienes que ir a pagar el producto, luego ellos lo piden y luego tienes que volver a recogerlo, o pagar el envío.
Todo muy poco coherente con el concepto "tienda", donde llegas, pagas y te vas.
Para colmo los precios no son ni de lejos los más baratos.
Mi enhorabuena a The Phone House: no es que hayan perdido un cliente, es que ni siquiera han sido merecedores de la oportunidad de tenerlo.
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