Hace unas semanas llamé al teléfono de atención al cliente de Mapfre para comunicarles que no deseaba que un seguro se renovase automáticamente.
Por supuesto el teléfono es un 902, un teléfono cuya llamada es más cara que una nacional, que actualmente son gratis en cualquier compañía telefónica. El 902 44 88 44 de atención al cliente de Mapfre comienza con una locución bien larga (cuanto más dura la llamada más cobran ellos) y un menú en el que no puedes elegir una opción hasta que no han terminado de enumerarte todas. Curiosamente el sistema automático no funciona muy bien (qué casualidad) y repite el mismo menú más de una vez. Cuando consigues seleccionar la opción que quieres, suena la locución de otro menú igualmente patoso.
Finalmente consigo hablar con alguien y le pido que, por favor, me pase con alguien el tipo de seguro en cuestión, advirtiéndole de lo chapucero que es su sistema de menús. Hablo con una chica para hacerle la pregunta trampa: "¿Me puede decir el estado del seguro?". Por supuesto esperaba que me dijeran que no se renovaría, porque ya lo hice en el mismo número hace unas semanas. Pero sorpresa: esta vez me dicen que como no soy el propietario de lo asegurado, no me pueden dar información. Les digo que quiero hacer una reclamación y me dicen que debo hacerla en una de sus oficinas.
Muy rebién. Otro cliente menos, porque no sólo tenía ese seguro.
Por cierto, el teléfono gratuito de estos inútiles es el 91 58120 00.
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