Agua de borrajas

Me temo que en agua de borrajas es en lo que quedará la investigación interna que el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha ordenado sobre la intervención de los agentes antidisturbios en la estación de tren de Atocha la noche del 25-S, en la que policías antidisturbios entraron en la estación disparando pelotas de goma, dando porrazos a cualquiera que encontraban, intimidando a periodistas y ya no sólo no llevando visible su número de placa si no además negándose a facilitarla cuando se les solicitaba.

Graves también son algunas de las actuaciones de la policía antidisturbios, como decirle a una manifestante mientras se la aporrea "Te gusta, ¿eh?", dar porrazos en la cabeza y dejar con una conmoción a otro, e incluso presionar con fuerza los ojos de otro manifestante que está inmobilizado tumbado en el suelo y con la rodilla de otro policía en su cuello (no, no les está quitando las legañas, no), mostrando una violencia innecesaria y gratuita que no tiene nada que ver con el trabajo que realizan.

Actuaciones de igual repulsión ya se produjeron en la Plaza de Catalunya de Barcelona y no he visto ninguna noticia de ni siquiera algún policía sancionado o expedientado.

Aquí, en España, la forma de solucionar estos problemas es dejar pasar el tiempo y luego pelillos a la mar. Y si no tiempo al tiempo y veremos qué consecuencias han tenido estos excesos policiales y las medidas que se tomen para evitarlos en el futuro. Me atrevo a pronosticar que ninguna y que sirva esta entrada de este blog para mantenerlo en la memoria.

Eau de toilette de borrajas es el perfume que usan los políticos españoles y los directores que nombran.