¿Privatizar o no privatizar?

Es la puñetera discusión y mira que es sencilla la respuesta, larga pero sencilla.
El negocio privado tiene como principal objetivo ganar dinero: coger algo con un valor, transformarlo y el nuevo algo tiene más valor y se vende a este nuevo valor.
Pero a veces esa transformación incluye actividades que cercenan características que debe tener el producto final .
Estas actividades, como reducir la calidad o alcance del producto, son aceptables en muchos negocios, pero no en algunos actualmente públicos, como bomberos, electricidad, telecomunicaciones, policía, educación y sanidad.
¿Por qué estos servicios no? Esas acciones cercenantes no son aceptables por que la policía podría solo acudir al socorro que quien únicamente pueda pagar el servicio, algo impensable debido a la universalidad de la seguridad en el estado.
La sanidad podría solo darse a quien pudiera pagarlo, algo impensable ya que la salud publica implica a todos los ciudadanos. No es posible tener una pandemia contagiosa y esperar que el virus o bacteria no se propague a sus anchas entre la población sin sanidad. Y esto es un argumento ya suficiente. Sobra ya entonces el de que todos tenemos derecho a la vida, y una atención sanitaria insuficiente respecto a los medios técnicos disponibles es acortar o directamente segar una vida.


Por eso, si se privatizan ciertos servicios estatales, que tienen como objetivo la protección de los ciudadanos y garantizar ciertos servicios, deben ir acompañados de unas condiciones irrenunciables y de obligado cumplimiento, algo que ahora no se hace.
Estas condiciones deben incluir una forma de medir la calidad d servicio, de la eficiencia ya se encarga la empresa privada. Esa evaluación de calidad debe ser externa y por parte del estado: se llama supervisión.
El fracaso de la privatizaciones, como El ferrocarril en El Reino UNIDO, abocaron a el Reino Unido a la renacionalización debido a la incapacidad de la empresa privada de obtener beneficios con un nivel de calidad aceptable del servicio, lo que se conoce como servicios deficitarios.
Algunos servicios públicos son deficitarios por naturaleza y no habrá empresa que pueda explotarlos comercialmente sin destrozarlos. estos servicios no pueden ser privatizados hasta que alguien encuentre la forma de obtener un beneficio sin modificar su calidad.
¿Entonces no privatizados nada? No. Se trata de privatizar lo privatizable y en las condiciones correctas, no como las privatizaciones salvajes a la que nos tienen acostumbrados los políticos, en que se privatiza sin condiciones, poniendo amiguetes como directores y encima sin condiciones del servicio ni revisión de la calidad del mismo perióricamente.
¿Verdad que es sencilla la respuesta?

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