Esta es la gloriosa página que me ha devuelto LinkedIn al autenticarme tras contestar "Aceptar" a una invitación de contacto que me enviaron por correo.
Ya es molesto que en el correo que te envían te den la opción de aceptar o declinar la invitación en dos preciosos botones que irremediablemente te dirigen a una página donde debes autenticarte, en lugar de hacer directamente la operacion que acabas de elegir con aquellos botones.
Total, para acabar en una preciosa página muerta.
Pero nada de esto sorprende. LinkedIn es una de esas webs de charlatanes, de "dar el pego", de superguays en la onda, en la que lo importante es la apariencia, no el fondo.
Mis expericencias en LinkedIn son la mar de divertidas y entretenidas.
Comienzan con los asombrosos perfiles de gente con la que he trabajado, gente a la que conozco, que sé cómo trabaja, de las cuales sé sus conocimientos y habiliddes. Curiosamente sus perfiles son los que realmente tendrían si hubieran estudiado cinco años más algo de provecho, hubieran madurado como personas y fuesen responsables, además de haber hecho en sus empleos los que se suponía que tenían que haber hecho y no lo que hicieron. Alguno incluso, por el simple hecho de tener un perfil en LinkedIn, obtuvo una titulación universitaria.