El dinero y la comida

No todo se vende envasado.
Hay alimentos que se venden a granel, troceados o simplemente sin envase.
Pastelerías en que colocan perfectamente los dulces con la mano en la bandeja dorada y con la misma mano desnuda te cobran (pastelería Roquetes, barrio de Prosperitat, Barcelona).

Charcuterías donde recogen con mimo y con la mano las lonchas recién cortadas para luego dejarlas sobre el papel encer
ado para después cobrarte con la misma mano (Charcutería Muntanya, barrio de Sants, Barcelona).

Charcuterías donde usan guantes para manipular los productos recién loncheados y luego te cobran con el guante puesto (Charcutería Enrique Tomás, centro comercial La Maquinista, barrio de Sant Andreu, Barcelona).

Panaderías donde cogen unas pinzas con una mano para luego coger la barra de pan, atentos, con dos dedos de la misma mano pero sin usar las pinzas y luego te cobran con la misma mano (pastelería Pa Artesà, barrio de Sant Andreu, Barcelona).

Lo peor no es que en algunos comercios no tomen medidas higiénicas si no que en otros sí las toman pero incorrectamente por negligencia y simple y llana pereza y desidia de los empleados.

Todos estos comercios demuestran una temeridad higiénica ante la que cualquier inspector de sanidad se echaría las manos a la cabeza primero y luego a los formularios de sanción.

Algo intolerable que pone en riesgo la salud de sus clientes, a los que ni respetan ni cuidan. Algo que se debe señalar con rostro muy serio en el momento en que ocurre, abandonar la compra al más mínimo intento de excusa por su parte y plantearse muy seriamente si volver de nuevo en el futuro a ese comercio que presta tan poco cuidado con algo tan valioso como tu salud.

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