¿A quién no le ha pasado que se compra un móvil y pasa de ir fino como la seda al principio a ponerle de los nervios al cabo de dos años por lo lento que funciona?
Seguro que también te ha pasado, a menos que:
- No actualizases su sistema operativo, exponiéndote a los riesgos de que no sea seguro.
- No actualizases las aplicaciones, que con el tiempo dejan de funcionar. Porque la mayoría también dependen del software de los servidores del fabricante de la aplicación, y le interesa mantener el menor número de versiones en funcionamiento, porque requiere menos esfuerzo.
Además, como chiste cósmico, parece ser que los usuarios de teléfonos de Apple se han quejado de que, tras la última actualización del sistema operativo, les funciona más lento.
Además han encontrado que esto ocurre cuando la batería está "degradada" (que ya no funciona tan bien como cuando nueva). Y el chiste está en el supuesto razonamiento de Apple, que ha confirmado que lo ha hecho expresamente: "Como la batería ya no dura tanto cargada, hacemos que el móvil funcione más lento, que así consume menos y durará más la batería."
Esto tendría sentido si no tuviéramos en cuanto que la pantalla es lo que más consume, por lo que al hacerlo más lento se necesitará más tiempo en realizar la misma tarea y por lo tanto más tiempo estará encendida la pantalla y más batería consumirá. También consumirá la paciencia del usuario.
Claro que Apple podría haber hecho que no bajase el rendimiento cuando la pantalla estuviese encendida, pero han tirado por el camino recto.
Ya de paso, el usuario quizá se compre un nuevo iPhone, para que todo funcione como debería. Claro que también tiene la opción de mandar a tomar viento a la compañía de la manzanita y su política de "cómprate lo último y tira a la basura el viejo."
Claro que sí señores y señoras de Apple. Ustedes a lo suyo aunque perjudiquen a los clientes que les dan de comer. Sigan así y en poco tiempo verán como añoran de nuevo al vende-sueños de Steve Jobs.
Los problemas actuales de las actualizaciones son varios, pero el más flagrante es que los fabricantes de software no tienen en cuenta la potencia del dispositivo en el que añaden nuevas funciones que requieren potencia de proceso.
En el caso de Microsoft es difícil que puedan tener una medida exacta de la potencia de los ordenadores donde sus clientes usarán, por ejemplo, Microsoft Office.
Pero en el caso de Apple es inexcusable, puesto que es la misma empresa la que provee del hardware y el software.
Un fuerte aplauso para Apple.