Puedo entender que una gestión de un billete tiene un coste, pero que se impida de forma sistemática la modificación o cancelación de reservas es inaceptable y así es como trabaja Rumbo.es, empresa del grupo Last Minute.
Pero no es solo eso: lo hacen mal con saña.
Para empezar, el teléfono de contacto es un 902, de tarificación especial. Es decir, Rumbo.es gana dinerete cada vez que llamas. Y hay más.
Si intentas llamar al número equivalente que no tiene un coste adicional te dicen que a ese teléfono solo se puede llamar desde el extranjero. Controlan que no te saltes el peaje.
Cuando finalmente llamas al 902, porque no te queda otra opción, te ponen un locución a ritmo de sobredosis de valium y con todo lujo de detalles sobre la ley que bla, bla, bla: lo que sea para alargar la llamada.
Después me atienden un chaval que me toma los datos y me dice que me llamarán. Y no me llaman.
Y pasan las horas y siguen sin llamar. Así que vuelvo a llamar al odiado 902 y me atiende otro chaval que me deja en espera 5 minutos, con tarificación especial.
Cuelgo y vuelvo a llamar ya con otro tono y otro chaval me vuelve a tomar los datos, que habían tomado con el culo, porque mi correo electrónico se lo habían inventado directamente.
A los pocos minutos recibo una llamada de encuesta de satisfacción. El colmo.
Y luego recibo un correo diciendo que mi reserva no permite cambios.
Llamo de nuevo al puñetero 902 para cancelarla y después de tragarme de nuevo toda la locución y los menús otro chaval me dice que mi reserva no admite modificaciones ni cancelaciones.
Lo que sí me permite es acordarme de todos ellos, de sus muertos y sobre todo de no volver a comprar en Rumbo.es.
(20 de julio de 2015) Actualización: Renfe me ha informado que puedo cancelar o modificar la reserva dentro de las dos horas siguientes a la compra, cosa que pedí a Rumbo.es y no hizo. Le he pedido explicaciones a Last Minute por escrito antes de acudir al organismo de protección de los derechos del consumidor de mi comunidad.
(21 de julio de 2015) Me fice que debo dirigir mi queja al "departamento encargado", sin devir cuál es ese ni cómo contactarlo. Se lo pido y me contestan con un correo vacío. Les vuelvo a preguntar y me contestan que a clientes@rumbo.com.
Envío mi queja a esa dirección y me dicen que mi reserva no admitía modificaciones ni cancelaciones. Les señalo que Renfe sí las admite en las siguientes dos horas a la compra y que yo les contacte dentro de ese plazo. Insisten en que sus condiciones no lo permiten y que me respondieron en menos de una hora, lo cual es falso, pues contestaron cinco horas más tarde.
De momento ya sé que los billetes de AVE los compraré en la web de Renfe. En Rumbo.es o Last Minute nunca más.