Siempre he oído que "con la comida no se juega". Ahora imagina 150.000 kilos de tomates, 150 toneladas de tomates.
No puedo dejar de pensar que hay gente muriéndose de hambre y que esos tomates podrían haber sido enlatados y enviados.
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Siempre he oído que "con la comida no se juega". Ahora imagina 150.000 kilos de tomates, 150 toneladas de tomates.
No puedo dejar de pensar que hay gente muriéndose de hambre y que esos tomates podrían haber sido enlatados y enviados.
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Todas las compañías de telefonía móvil te bajan la velocidad después de que hayas consumido tu cuota. El truco es que te dicen que te la bajan a un máximo de 128kbps, pero no te aseguran un mínimo, lo que les da la plena libertad de hasta cortar la comunicación.
Esto, concretamente, es lo que entiende Yoigo por "un máximo de 128kbps":
Aún hay quien aún va diciendo que el Partido Popular perdió las elecciones siguientes al atentado de Madrid, y por esa causa. Pero no.
Lo cierto es que ese partido perdió toda credibilidad al mentir, elaborar embustes y manipular y coaccionar a medios de comunicación.
Fue vergonzoso y por eso perdieron las elecciones, por méritos propios, no por el atentado en sí.
Ahí está la hemeroteca.
Aparece en Gizmodo un nuevo artículo sobre, Pésaro, Italia, y que los deja a ambos en bastante mal lugar.
La noticia, aparentemente sorprendente, de que la ciudad italiana Pésaro ha dejado de utilizar OpenOffice y ahora usa Microsoft Office 365 porque le sale más barato. Y los argumentos son de traca.
1. Los usuarios están familiarizados con Microsoft Office. Señores: cuando Microsoft dejó de usar menús para encufarnos los "ribbons" se cargó la experiencia de los usuarios. Y siguió en ello cuando se cargó el botón de inicio.
No obstante tienen la osadez de decir que por eso los usuarios son más productivos con Microsoft Office. Es la cantinela de siempre de Microsoft: más rápido, mas productivo, más divertido.
2. Los usuarios tardaban un promedio de 15 en adaptarse. Si yo les contara mi hartazgo personal y las ingentes cantidades de tiempo e improperios que me llevaron a finalmente abandonar enfadado Microsoft Office para pasar a utilizar con alivio LibreOffice...
3. "530,38 de coste por empleado".
¿Por 15 minutos de adaptación? ¡Demonios! ¿Pero cuánto cobran los funcionarios de Pésaro? Y rematan que "los números no mienten", para colmo.
Todo un espectáculo circense de supuestos argumentos.
Imagina que la humanidad hace un descubrimiento que beneficia a todos por igual, está al alcance de todos y es gratis. Ahora imagina que los políticos regulan para que ese bien, en lugar de llegar a los ciudadanos con la colaboración de las empresas privadas, desarrollando éstas la tecnología adecuada y recompensándolas por ello, se lo da a las esas mismas empresas para que todos paguemos por él.
Pues deja de imaginar: es lo que ya está pasando con la energía solar y los políticos españoles. Ole.
Después de que los dos psicólogos estadounidenses James Mitchell y Bruce Jessen aconsejaran al ejército americano cómo torturar a los presos de Guantánamo, la Asociación Americana de Psicología (APA), a la que no pertenecían, se echa las manos a la cabeza tras un informe independiente solicitado a por ella misma por haber apoyado los programas de interrogatorios con torturas.
Pero no se trata de algo real si no es solamente de un lavado de imagen, ya que solo lo prohíbe si es en el extranjero, es decir en su propio país les da lo mismo que se torture.
¡Bravo! ¡Bravísimo! Una jugada de lavado de imagen que ni Movistar. ¿Y esta gente hizo el juramento hipocrático?
Captar, satisfacer y fidelizar.
Estos son los tres pilares para hacer crecer una empresa. Vodafone además añade entre ellos uno más: tocarle las narices al cliente.
En mi última llamada por una avería de Vodafone, antes Ono, aproveché para indicarles que, por favor, tomaran nota de que no quería recibir más publicidad, por ningún medio, incluidos los molestos SMS que me envía periódicamente.
¿Qué ha hecho Vodafone? Me ha enviado una carta de cuatro hojas, c-u-a-t-r-o, con todos unos formularios para que les indique qué quiero y qué no quiero recibir, y para más coña, que lo acompañe de una fotocopia de mi DNI y la envíe a una dirección.
Es, en toda regla, lo que yo llamo tocar las narices. Creo que en cualquier empresa mínimamente seria entienden a la primera "no me envíen más publicidad". En Vodafone no.
En Vodafone, han burocratizado esa simple instrucción hasta hacer que al cliente le sea más cómodo y satisfactorio escribir un blog ensalzando lo incompetentes y cretinos que son y una llamadita a su teléfono de atención al cliente para ponerles los puntos sobre las ies.
Y luego enviaré sus formularios, habiéndoles tocado las narices el doble de los que a ellos les gusta tocármelas a mí.
Un saludo a los genios empresariales que dirigen Vodafone.
Después de que el Banco de España dijera con la boca pequeña que había una burbuja inmobiliaria, no fuera eso a molestar a nadie, ahora muestra una vez más que está ahí de adorno con el tema de la doble comisión al extraer dinero de los cajeros.
!Un gran aplauso para esas instituciones que pagamos entre todos y no hacen su trabajo! ¡Bravo!
Desde que descubrí cuál era la estrategia de Apple y me bajé corriendo de aquel carro lanzando a la vez mi iPhone 3g a Cash & Carry, he usado dos teléfonos de Samsung, un Galaxy S2 y un Galaxy S5, y con cada uno de ellos mi descontento ha ido a más.
De hecho cambié del primero al segundo por el mismo motivo que abandoné el iPhone: después de la última actualización funcionaba muy lento y se atascaba. Y lo mismo sucedió al actualizar el Galaxy S5, aunque no de forma tan acusada.
Pero ese es solo el primer motivo.
El segundo es la cantidad de aplicaciones que Samsung instala en el teléfono y que no se pueden desinstalar. No es que ocupen mucho, pero me molestan sobremanera las imposiciones.
El tercer motivo son esos detalles de incompetencia, como que el reproductor de música no pueda quitarse como aplicación que recibe los comandos de los auriculares, lo que te obliga a usarlo.
O la exasperante notificación de "batería cargada" que te despierta si usas el teléfono como despertador y, si lo pones en silencio, vibra, lo que me ha hecho tener que hacerle su propia cama mullidita para que al vibrar no me despierte. Y lo peor es que esto ya lo habían corregido en la versión anterior de Android, y que Samsung tunea. Y esto nos lleva al motivo final: las actualizaciones.
Google prepara una versión de Android y se la da a los fabricantes, los cuales no pueden dejar de manosearla para tunearla. Hasta ahí, bueno, soportable. Pero el problema es que Samsung solo actualiza la versión del móvil que te compres una única vez. Sí, solo una vez, porque a Samsung le cuesta tiempo y dinero volver a manosear cada nueva versión de Android de la misma forma que la anterior, y es un gasto que no asume. Y no es yo esté deseoso de nuevas versiones que ralenticen mi móvil o de las nuevas tonterías que Samsung quiera ponerle, no. Lo digo porque tanto hablan de lo importante que son las actualizaciones y luego todos te dejan con el culo al aire.
El ultimo fallo descubierto en Android afecta al 95% de los móviles con ese sistema operativo, y Samsung no parece, para variar, que vaya a hacer nada para solucionarlo en sus versiones manoseadas. Y es un fallo grave de seguridad.
Así que mi próximo teléfono será uno de Google y así tendré las actualizaciones de primera mano.
Y luego le acusarán de posición dominante, por incompetencia de los demás.