!Vaya! ¡Qué contratiempo! Y pelillos a la mar.
Y los políticos se quedan tan frescos.
Porque si mañana no hay dinero suficiente para garantizar la seguridad policial de los cargos públicos, ¿También entonarán lo mismo? ¿O buscarán como financiarlo?
No olvidemos que la sociedad que constituimos está para garantizar ciertos derechos que no pueden estar sujetos a decisiones políticas, porque son derechos propios de la sociedad.
Porque si cuando tenemos un problema nos limitamos a decir "vaya, no hay dinero para esto", los políticos no estarán haciendo su trabajo (de nuevo) y bienvenidos a Mad Max.
Todo país necesita políticos que busquen y encuentren soluciones razonables a las necesidades de su sociedad. Si no lo hacen y se limitan a conformarse con el destino, mal vamos, mal van y habría que echarlos con las herramientas democráticas que nos han dado esos mismos políticos y que, con demasiada frecuencia están hechas a su medida y no a la nuestra.
¿Desde cuándo, en una democracia, es ilegal preguntar a los ciudadanos qué es lo que quieren?
Ya no digo qué es lo que hay que hacer, sino lo que quieren. Pues parece que la democracia española es así, de chichinabo, porque no se puede.
Votar sí se puede, pero como luego pueden hacer lo que les venga en gana, como nos deleitaba esta misma semana Súper Celia Villalobos, pues eso, que se nos permite. Total, para lo que sirve…
Si no hay dinero para las pensiones tenemos que fastidiarnos y conformarnos. Pero si no hay dinero para pagar la deuda del estado, se modifica la constitución, sin referéndum, y si hay que pasar hambre se pasa.
Pero para modificar la constitución y eliminar la inviolabilidad del rey, o los aforamientos, tienen que alinearse siete planetas, trece estrellas y cinco galaxias.
Una vergüenza.